La otra noche jugamos a ser novios y nos deteníamos en cada esquina, corríamos en cada semáforo que amenazaba con ponerse en verde.
Y me sentí más bonita y más alta, hasta más delgada y me comí el mundo que me prometió su boca.
Pero sólo fue una noche y fuimos novios 5 o 6 horas, no recuerdo bien, sólo calor de piel y confesiones de corazones que alguien más rompió y ahora contaban secretos.
La otra noche jugamos a ser novios, el tiempo adecuado para no hacernos daño, las horas exactas para recordarnos siempre, para sentirnos bonito.
-Empirismo a la Mala, Mercedes Reyes Arteaga
No hay comentarios :
Publicar un comentario